Estimación de prevalencia de patologías y discapacidad de la comunicación en Venezuela 2013.



En Venezuela, al igual que en muchos países de la América Latina no se conocen cifras reales de la prevalencia ni de la incidencia de las distintas condiciones agrupadas como Discapacidad de la Comunicación o de los dominios de funcionamiento que la especialidad médica Foniatría atiende. No hay cifras basadas en datos obtenidos de investigaciones de campo o a partir de estadísticas de los servicios relacionados con su atención. Desde luego, tampoco se tienen perfiles epidemiológicos que orienten hacia la etiología por factores congénitos, enfermedades adquiridas o accidentes.
La atención foniátrica se enfoca, desde el punto de vista biológico en los siguientes dominios:
Comunicación: Lenguaje, Habla, Voz
Sensorial: Audición
Autocuidado: Ingestión (motricidad oral y deglución)
Aprendizaje: Aprendizaje básico y aplicación del conocimiento
Ante la carencia de cifras empíricas, se presentan a continuación estimaciones de prevalencia de las principales deficiencias en los dominios señalados. Para estas estimaciones se tomó como base para el cálculo de cantidades absolutas las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística del Censo Nacional de Población y Vivienda 2011.
Estimación en deficiencias relacionadas con el lenguaje en niños, niñas y adolescentes. Los trastornos específicos del desarrollo lenguaje se considera que universalmente tienen una prevalencia del 3 al 5%. El trastorno específico del desarrollo del lenguaje afecta a la población entre 3 y 8 años de edad, que en 2011 agrupó en Venezuela en 2.914.961 habitantes. Por otra parte los trastornos específicos de lenguaje afectan en mayor proporción (3:1) a los varones, por lo cual puede estimarse en cerca de 118.285 los casos de este trastorno en el territorio nacional. Los trastornos no específicos del lenguaje en la edad preescolar (2 a 6 años) presentan una prevalencia próxima al 15%, esto incluiría a cerca de 199.312 niños y niñas. Estos mismos trastornos, en la edad escolar, tienen una prevalencia más baja, que toca a un 2-3%, lo cual equivaldría a unos 75.839 niños y niñas.
En su conjunto, podemos observar que los trastornos específicos y no específicos del lenguaje en las edades preescolar y escolar estarían afectando a más de 390.000 sujetos, mayoritariamente del sexo masculino.
Los trastornos del lenguaje en el adulto (correspondientes a las entidades denominadas como Afasia) en tres cuartas partes de los casos se deben a eventos cerebrovasculares. Para el año 2008 la morbilidad registrada por el MPPS en el renglón de enfermedades cerebrovasculares totalizó 16.845 casos para una tasa de 60,3 (por 100 mil habitantes). Por otra parte Enderby 1989 reporta que la prevalencia de alteraciones persistentes de habla y lenguaje en el mismo periodo tras un ACV ha sido estimada entre 30 y 50 por 100.000 habitantes. De la aplicación de este estudio podría deducirse que al menos 8.000 casos anuales de discapacidad del lenguaje por ACV inciden en Venezuela. Acumular el 25% por otras causas en el adulto haría ascender la estimación a un aproximado de 10.000 adultos al año con deficiencia y discapacidad adquirida del lenguaje, sobre todo después de los 35 años de edad. Sin embargo podría ser necesario un ajuste de las cifras por la morbilidad y discapacidad asociada o derivada de traumas encefálicos por accidentes e intentos de homicidio y suicidios fallidos.
 Los trastornos del habla, que agrupan las alteraciones de la pronunciación debido a causas del desarrollo, neurológicos y anatómicas, así como las alteraciones de la fluencia, de acuerdo con el estudio de Law y cols. 2000 tiene una incidencia anual de hasta un 24%, sin embargo, hasta un 78% remite espontáneamente –sin necesidad de tratamiento. Esta incidencia representaría en la frecuencia acumulada de población de 3 a 8 años (edad esta última en la cual tendría validez la proporción de remisión establecida por Law) una cifra cercana a los 154.000 niños y niñas (predominantemente los varones) que requieren en Venezuela atención para esta clase de trastornos.
Los trastornos del habla en el adulto son fundamentalmente los derivados de las enfermedades cerebrovasculares y pueden considerarse dentro de las cifras ya estimadas cuando se analizó para los trastornos afásicos.
Los trastornos de la voz, en cambio, son afecciones observadas más en adultos que en niños. Aunque existen diversas causas de origen orgánico, la causa funcional vinculada con la actividad laboral es la de mayor importancia y considerando el hecho de que cerca de medio millón de habitantes en Venezuela se dedica a la actividad docente, el origen ocupacional de deficiencia y eventual discapacidad de la voz es, evidentemente, la más importante. De acuerdo con Escalona 2006 el 90% de los docentes presenta síntomas de disfonía, los cuales se relacionan estrechamente con la antigüedad laboral, sobre todo después de los quince años en la ocupación y afecta a la población docente, mayormente femenina, con mucha mayor prevalencia después de los 45 años de edad. Podría sugerirse que aproximadamente unos 200 mil docentes padecen deficiencias vocales. Por fortuna, solo una fracción, difícil de estimar, tendrá discapacidad de la voz por estas causas, pero como se observa la morbilidad generada es muy elevada y requiere la atención en rehabilitación foniátrica.
La deficiencia y la discapacidad auditiva, por su parte, constituye el grueso de las condiciones que requieren la atención foniátrica. Hernández 2007 reporta una prevalencia estimada de 6,48% en promedio al considerar todos los grupos etarios y todos los grados de deficiencia, lo cual vendría a representar más de un millón setecientas ochenta mil personas. De este conjunto, un poco menos de la mitad (45%) tendría grados discapacitantes de la audición, por lo cual más de ochocientas mil personas requerirían potencialmente de atención especializada y adaptaciones técnicas auditivas. Un 5% de la totalidad presentaría deficiencia profunda, esto es el mayor grado de discapacidad auditiva estaría afectando a unas 90.000 personas de cualquier edad en nuestro país. Sin embargo la prevalencia ascendería dramáticamente en los grupos de edad mayores de 60 años en los cuales prácticamente 1 de cada 3 habitantes presenta algún grado de deficiencia auditiva fácil de identificar y por tanto busca atención en los servicios de salud.
Con respecto a los trastornos de la deglución, Crivelli 1999 establece por estimación que alrededor de un 20% de la población por encima de 50 años de edad tendría algún tipo de trastorno de este tipo, considerando todas las causas, en su mayoría de carácter neurológico, pero predominantemente la disfagia orofaríngea, competencia del foniatra. Tomando en cuenta este criterio, unas 983.118 personas en nuestro país requerirían de atención foniátrica para este tipo de problemas.
Por último, con respecto a la prevalencia de dificultades o trastornos del aprendizaje, las cifras reportadas en países latinoamericanos fluctúan entre el 5 y el 18%. Esto significaría sobre nuestra población en edad escolar la afectación de más de 148 mil niños y niñas con esta condición. SI bien es cierto que este género de problemas requiere aproximaciones fundamentalmente educativas, la actividad del médico foniatra en estos casos cumple la finalidad de excluir los posibles componentes médicos relacionados con dichos problemas y coordinar las acciones de intervención terapéutica que complementan las acciones educativas especiales necesarias en estos casos.

 Finalmente, es necesario destacar la ubicación relativa de los tipos de discapacidad atendidos por la especialidad foniátrica, la cual abarca casi un tercio de todas las discapacidad, en el entendido de que en las siguientes tablas, la foniatría se ocupa de al menos dos tipos de discapacidad, la de la audición y la de habla y lenguaje (que incluye la categoría voz). El patrón de deficiencias es como se observa en el cuadro siguiente:  

Tipo de Discapacidad
%
Músculo – Esquelética
23.1
Mentales
17.7
Auditivas
17.2
Visuales
15.9
Viscerales
10.7
Habla y Lenguaje
10.1
Intelectuales
2.9
Sensitivas
2.4
Fuente: Meta-análisis Estudios de Prevalencia por encuesta de hogares de tres parroquias del área Metropolitana.

Desde el punto de vista social el patrón de discapacidades (siguiendo el componente  de limitación de actividades y/o restricción de participación de la CIF) es como se observa en el cuadro siguiente:  

Actividad/participación limitada
%
Movilidad
23,8
Comunicación (conversar)
18,4
Integración laboral y escolar
17,8
Actividades  del hogar
15,8
Vida comunitaria y cívica
9,5
Relaciones interpersonales
7,9
Autocuidado
7,0
Fuente: Meta-análisis Estudios de Prevalencia por encuesta de hogares de tres parroquias del área Metropolitana.
Este último cuadro evidencia la  necesidad de proveer servicios de atención para las personas con discapacidad de la comunicación pues ella sola abarcaría 1 de cada 5 casos de discapacidad, y esto sin tomar en cuenta que la discapacidad de la comunicación además repercute sobre la integración laboral y escolar, la vida comunitaria y las relaciones interpersonales.

Comentarios

AdyDesign dijo…
Excelente artículo que publicas. Soy madre de un niño de recien cumplidos 2 años que apenas dice 10 palabras. Y al buscar información acerca del tema, es triste notar, lo etrasados que estamos en ese campo acá en Venezuela, o por decirlo de una forma más bonita, lo abandonado que está esa área en específica.

Es gratificante ver que alguine de pesta tierra lo notó!!!!

Congrats!! Luchare por hacer algo al respecto en mi comunidad!!

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