Los trastornos del habla de origen auditivo


Los trastornos del habla de origen auditivo fueron denominados clásicamente por Perelló (1981) como "dislalias audiógenas", conceptualizándola como el habla defectuosa debido a audición incorrecta.
Definida más claramente, un trastorno audiógeno de la articulación del habla o dislalia audiógena es todo aquel error de pronunciación en el cual la base puede demostrarse que se encuentra en la deficiencia auditiva y no en otra causa. 
También, la denominación es válida si existiendo otras causas concomitantes, la auditiva es la más importante para la aparición del error y compensada la falla auditiva el error mejora o compensados los demás aspectos (de ser esto posible) el error persiste.
Los errores de pronunciación pueden ser fonéticos o fonológicos. Cuando son fonéticos, la deficiencia auditiva opera en el sentido de debilitar la retroalimentación de los sistemas del habla, perdiéndose el control de lo que el hablante quiere emitir y generando desviaciones acústicas del sonido del habla. Esto es típico en las personas adultas mayores que al perder audición en los 4000-6000 Hz comienzan a producir sonidos 's' o 'ch' del español con ciertas diferencias del patrón habitual.
Los de origen fonológico surgen sobre todo en los niños y niñas que tienen deficiencia muy temprana y tienen demoras significativas en el aprendizaje del sistema fonológico, el cual, según Stoel-Gammon (1982) "cumple los mismos pasos que los niños oyentes, pero con retraso", siendo esto la base de los problemas de pronunciación.
Perelló llama la atención sobre las características predominantes en el habla de la persona con deficiencia auditiva, hace énfasis en las dificultades con 's' y 'u' debido a sus componentes agudos, que generalmente son los más lábiles y perdidos en la percepción auditiva deteriorada.
ASHA (2017) resume que los problemas con los sonidos del habla por deficiencia o pérdida auditiva pueden "variar en grados dependientes de la edad de instalación y la severidad" del problema auditivo. Cita como errores más frecuentes: la deleción de consonantes, especialmente finales; la sustitución de consonantes (con frecuente confusión de las sonoras con las respectivas áfonas); la sustitución de oclusivas por fricativas o líquidas; la confusión entre orales y nasales; la reducción de la inteligibilidad global del habla, particularmente en contextos lingüísticos complejos; la tasa de habla reducida mostrando tránsitos articulatorios lentos con pausas frecuentes; la pobre coordinación de la respiración con las cláusulas sintácticas y el uso de la duración para crear patrones de acentuación; la distorsión de la resonancia.

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